3.24.2011

memoria.-

        Soy de negar la realidad, prefiero decirme “está todo bien” que plantearme que las cosas están mal, preocuparme por ellas y tratar de solucionarlas; y sí es egoísta porque mi pequeño mundo está bien, pero no todo está bien. Tengo miedo, mucho, a no estar, a que alguien no este, a perder algo. Miedo. Tengo miedo al miedo, tener que aceptar el miedo. No al monstro que está debajo de mi cama o en el placard, no les temo a las películas de terror o a los demonios que están en ellas, no me da miedo estar sola, escuchar ruidos o ver sombras, no le tengo miedo a los fantasmas, los extraterrestres o los zombis. Tengo miedo de la gente que está acá, tengo miedo de no poder decir lo que pienso, de no poder hacer lo que tengo ganas, de no poder salir, de no poder soñar en voz alta, de no poder escribir o dibujar lo que siento, de no poder escuchar la música que me gusta. Miedo.
   Siempre supe que algo terrible había pasado, pero no quería saber. Saber significaría que estaban depositando en mí la confianza en mí para que nunca más pase, porque yo iba a ser parte de el futuro que podría impedirlo y el futuro da miedo, también da miedo crecer, tener resposabilidades y compromisos.
   Hoy acepto mi futuro y acepto crecer, aprender y aceptar todo por más terrible que sea. Hoy prometo que voy a todo lo que esté a mi alcance, cueste lo que cueste para que nunca màs pase. Hoy me comprometo a luchar y no bajar los brazos por un mundo agradable.
   Hoy en mis oraciones están esas voces calladas, esos silencios, esas 30000 personas que lucharon por una Argentina mejor, más justa, por mí, por vos, por el futuro; también están esas madres que murieron buscando sin bajar los brazos; están esas personas que viven una mentira sin saber quien son; hoy pido por una Argentina con memoria.   -