¿Por qué ya no se escriben cartas de amor?
¿Por
qué ya no se experimenta el placer de reflejar los sentimientos a mano
sobre un papel?
¿Por
qué ya no se nos presenta el disfrutar de leer una carta que nos cuente
sentimientos?
El
avance de las nuevas tecnologías nos quitaron el gusto de poder expresarnos, de
poder escribir un sinfín de emociones, nos brindan la rapidez de lo instantáneo, de escribir antes de pensar, lo menos
posible o simplemente obligándonos a tratar de decirlo todo con un simple
emoticón. Nos incitan a no decir con palabras; nos
incitan a callar.
En
una sociedad en la que el tiempo es oro estamos forzados a comunicarnos con
rapidez. No hay tiempo para el placer o las ansias de la espera por recibir una
carta, no hay tiempo para escribir una carta. No hay tiempo para pensar lo que
sentimos, ni tampoco podemos expresarlos porque no sabemos verbalizar esas
emociones.
Hace
tiempo que se perdió el agrado por la caligrafía, aunque aún seguimos admirando
las “buenas o lindas letras”. La magia de escribir a mano, la lentitud reflexiva de la
resistencia de la pluma y el papel perdió su esencia, ya no importa la armonía de los trazos
de la letra cursiva que nos diferencia a unos de otros y expresa sentimientos,
estados de ánimos y personalidad.
Las
cartas de amor perdieron su valor porque la palabra lo perdió.
Reflexión basada en un borrador de GR ♥