9.17.2013

Florecerán mil flores.

Me gusta la palabra juventud, tanto como la palabra revolución, cambio, recordar, resistir, primavera y adolescente. Y todas vienen al caso de esta semana. 

Hace 37 años en los tiempos de la "reorganización nacional" y comienzos de una primavera que hacía florecer sangre, miedo y lucha, diez (y cientos) de alumnos y alumnas fueron secuestrados, torturados y desaparecidos. No sólo por el derecho del boleto estudiantil, sino por la resistencia de ideas. 

Recordar esta semana del día del día de la juventud, del sol de colores, del día del estudiante y de la primavera toma importancia para mí en el momento que supe porqué mi papá vino a Argentina, en el momento que entiendo que la última dictadura militar prohibió lo que soy ahora, desde que comencé a estudiar por placer (a muy temprana edad), desde que empecé a entender más de la vida (o tal vez menos, pero de todas formas, distinto).

Recordar significa pasar por el corazón. Pasar por estas venas duele pero da fuerzas a las ideas. 

Hace 8 años inauguraban Talita Kum. El sol de colores que me despierta hace cuatro años. Ese grupo de adolescentes que creen y viven distinto a todo, todos y todas.

Desde algunos muchos años Plutón deja salir a Proserpina para encontrarse con su madre y ella, le prepara la primavera para bienvenirla. 

16 de septiembre.

Desde 1976 el 16 de septiembre se llama la Noche de los Lápices.
Desde 1988 el 16 de septiembre se llama el día de los derechos del estudiante secundario.
Desde 2006 el 16 de septiembre es el día nacional de la juventud.
Los militares de la última dictadura que tanto repudiamos porque prohibían lo que hoy somos, porque secuestraron, porque torturaron, porque hicieron desaparecer, porque mataron, porque hicieron exiliar, porque dejaron una horrible historia que contar; llamaron a una serie de secuestros de estudiantes de La Plata “La noche de los lápices”.
Esos adolescentes no tenían mucha diferencia con nosotros: tenían entre 13 y 18 años, familia militante, trabajadora, hicieron un reclamo justo, pero (aquí yace la diferencia) estaba prohibido el accionar subversivo en las escuelas, por eso los secuestraron.
La noche de los lápices es más que la lucha por el boleto estudiantil y el secuestro de diez estudiantes: es el recuerdo y memoria de casi 300 adolescentes desaparecidos entre el 76 y el83, es la participación de la juventud en la militancia, es la lucha de los derechos de los estudiantes, la defensa de una educación pública de calidad.
Otro año más nos invitan a seguir escribiendo, en dónde sea, como sea. En las hojas, en los márgenes (salir del borde), en los libros, en las paredes, en las mesas, sentados, acostados, caminando erguidos, haciendo ruido, gritando, susurrando, en silencio, charlando en el colectivo, escuchando  la radio o a nuestros papás, opinando, pensando…

Sigamos escribiendo y recordando, muchachxs.