No doy más,
memoria llena.
No te digo adios,
sino hasta siempre.
Y aunque hoy tenga que irme,
se que no te olvidare.
Queda una canción
que me habla de vos
y por eso,
no te digo adiós.
Gracias no parece suficiente.
Y me suena un poco triste
escribirte en un papel.
Es mejor reír,
recordar así
es la forma de irme más feliz.
Por todo lo que compartimos,
los momentos que vivimos,
nada nos va a separar.
Porque se abrieron los caminos
desde el día en que elegimos
ir a ver que hay mas allá.
No es un adiós, crecer los dos,
es solo dar un paso más,
y por eso no te digo adiós,
nunca más.
Mirame en tus ojos para siempre,
el saber que allí estarás,
que tu mano encontraré.
Es nuestra canción,
sólo para vos,
y por eso no te digo adiós.
Plantar un arbol, tener un hijo, escribir un libro; Se supone que son las cosas que todo hombre debe hacer, son legados. Testimonios de nuestro paso por el cuento.
Tengo quince hijos, hoy plante un arbol y mi libro comienza así....
Mi abuelo tuvo un sueño, que lego a mi padre, mi padre me lego ese sueño a mí, encontrar a Eudamon, la Isla de los Niños Felices.
Durante años trate de arrancarle señales a la vida, encontrar pistas, enigmas y mientras estaba ocupado en eso, la vida me fue llevando mágicamente hacía Eudamon.
Nos cuesta darle la mano a la vida y dejarnos conducir y es tan sencillo solo se trata de soltar amarras y dejarnos llevar, dejar que el viento nos lleve a donde debemos ir.
Porque cuando uno esta en el lugar donde debe estar, todo fluye, todo es como debe ser. El Eudamon de cada uno esta cerca, al alcance de la mano, lo buscamos afuera lejos, pero esta muy cerca, tan cerca que a veces no lo vemos.
La vida esta llena de señales que nos conducen hacía nuestro propio Eudamon, solo hay que saber verlas.
El creador sabe como contar su cuento, nos da la sed para después darnos el agua, nos da la tristeza para darnos la alegría, nos da la soledad para darnos el amor, nos hace caminar por la oscuridad para llegar a la luz. El creador sabe mover las piezas del rompecabezas, tiene el hilo con el que uno los retazos. Si se lo permitimos el creador conduce a cada uno hacía su propio Eudamon.
Este libro es mi testimonio "sobre como llegue a mi Eudamon"
Capitulo 1: "Segui al conejo blanco"
No hay tal crisis. Una dice no hay tal crisis, mientras tira un par de platos al piso… Una dice no hay tal crisis, y se ríe con su mejor cara de bolida… Una dice no hay tal crisis, y saca un turno en la peluquería… No hay tal crisis, y te pones kilos de tapa ojeras… Una vez que aceptas que la crisis es tal crisis, estás preparado ya podes negar la crisis. Una dice no hay tal crisis, y rompe lo que tiene a mano… Una dice no hay tal crisis, y hace step como loca… Una pone su mejor cara de bolida y dice: no hay tal crisis. ero tarde o temprano llega el día donde la crisis tiene la evidencia de una estría. Y no queda otra, hay que aceptarla.
Se puede negar la crisis un día, un mes, un año, pero llega ese día en que la crisis te explota en la cara. Atravesar la crisis es como pasar el pelo por agua oxigenada, te aclara el pelo de raíz. Llega la crisis. Uno cree que es el final, que se termina todo, pero en realidad ahí empieza todo. Atravesar una crisis es como pasar por un buen cirujano plástico, sos la misma pero distinta. Dan miedo las crisis… Uno le teme a lo desconocido, casi como a un mal peluquero. En chino, en japonés, en coreano, en tailandés, bueno, en algún idioma oriental, crisis significa oportunidad. Las crisis son como los años, te sorprenden y no te queda otra, hay que decidirse a llevarlos. Las crisis es un viaje de ida, pero también, puede ser un viaje de vuelta…