8.05.2012

Breve descripcion de mi persona.




Mido un metro ochenta y uno, tengo un sillón azul,
en mi cuarto hay un baúl y me gusta el almendrado,
me despierto alunado, mi madre es medio terca,
aunque nunca estuve preso anduve cerca.
Mido un metro sesenta y cinco, tengo cuatro gatas y una perra, tengo una cama marinera, aprovecho todo el tiempo que pueda en la cama, mi mamá es demasiado buena, no me gusta equivocarme, trato de ser perfecta.

Soy de Aries, pelo castaño,
algo tacaño y no colecciono nada,
guardo la ropa ordenada, me aburro en nochebuena,
si estornudo no hago ruido y no hablo con la boca llena.
No creo en el horóscopo, tengo rulos y amo mi nombre. No soy constante. Sólo me sé do en la guitarra. Soy un desastre, torpe. Antes de estornudar digo “achis”. Hablo con mis gatas y conmigo misma.

Puedo decir que soy de pocos amigos,
pero de mis enemigos no se cuantos cosecho,
tengo el ojo derecho desviado,
dicen que soy bueno aunque no sea bautizado.
Soy antipática y lo acepto, algo falsa, no me cae bien la gente apenas la conozco, soy prejuiciosa y juzgo sin conocer, odio hacer eso. Odio llevarme mal con la gente. De chiquita era bizca y ahora muy de vez en cuando. Fui bautizada en noviembre de 1997 en la Parroquia, mi casa desde siempre.  

Nací a las tres de la mañana,
me llevo bien con mi hermana,
no creo en OVNIS, ni en zombis,
y uso prendas talle M,
juego con fuego aunque el fuego me queme.
Soy la tercera de cuatro hermanos, los amo. No creo en muchas cosas, pero creo en otras. Odio pedir cosas, depender de alguien. Amo los sahumerios desde los nueve años. De chiquita era más hippie.

Pero no soy tan complicado como para huir
y quedarme aquí en silencio.
Pero no soy tan simple como para no advertir
que no hay tres minutos, ni hay cien palabras
que me puedan definir.
Me creí simple y normal, pero tuve una vida rara, llena de compartires.

Duermo boca abajo y con pijama si hace frío,
de la vida yo me río porque es corta y grata,
no uso saco, ni corbata, ni me gusta el protocolo,
estoy en buena compañía pero se cuidarme solo.
Duermo como duermo, yo no me veo, a veces (dicen) que hablo dormida, de chiquita me movía mucho y castañaba los dientes. No me gusta romper las reglas, pero cuando lo hago tengo la conciencia limpia, no me persigo. Aunque me guste la soledad, nunca estuve sola.

Si tengo vergüenza me sube el color rojo,
aunque yo ya no me mojo si me ataca algún miedo,
no profeso ningún credo, ni me creo ningún macho,
alcohólico no soy pero a veces me emborracho.
Soy tímida, pero pocas veces tengo vergüenza, no tengo muchos miedos, soy católica y monaguilla. No soy muy modesta. Nunca tome mucho alcohol, nunca me emborraché.

Tengo un diente postizo, si no hay planes improviso, 
y aunque a veces lucho no me complico mucho, 
no me estanco,
al que quiera celeste que mezcle azul y blanco.
Me gusta ir al dentista. Soy muy tranquila. Callo mucho. Digo poco. A veces tartamudeo, pero la gente no lo nota. Soy argentita, pero mi papá es uruguayo. Creo en una Latinoamerica unida.

La filantropía no está entre mis aficiones,
tengo varias adicciones y me hago cargo,
no acepto sin embargo si intentan adoctrinarme
yo quiero elegir con que veneno envenenarme.
No me gusta depender de nada, pero me encariño con los objetos inanimados. Quiero que me maten sin un crucio previo, pero sufrir es parte del ViaCrucis.

Pero no soy tan complicado como para huir,
y quedarme aquí en silencio.
Pero no soy tan simple como para no advertir
que no hay tres minutos, ni hay cien palabras
que me puedan definir.
Cuándo me preguntan muchas cosas, sólo respondo la última, porque las anteriores no me acuerdo,  suelo olvidarme de las cosas fácil, no tengo buena memoria, dicen que es por la sobrexigencia, me gusta cumplir.

Mi padre era doctor pero manejaba un taxi
y enfrentó por mala praxis un juicio despiadado,
no tuve legado ni familia de linaje
y a veces el pasado me cobra peaje.
Mi papá habla muy bien, cuenta buenas historias. Nos pasaron por arriba varias veces, pero la familia siempre nos apoyó. Tengo familia que no conozco.

Tengo perro y una marca en la rodilla,

no siento cosquillas, trabajé en el municipio,
no traiciono mis principios porque eso es lo primero
si naciste incendiario no te mueras bombero.
Tuve yeso en la muñeca, me hago moretones con facilidad, me quemo el paladar con frecuencia. Quise ser veterinaria, amo los animales, más que a las personas. Era algo contradictoria de chiquita.

“Nunca cuentes todo” mi abuelo me decía
y no contó en su agonía donde puso el testamento,
y yo no puedo, aunque intento tener todo lo que quiero
eso me pasa por ser sincero.
No conocí a mis abuelos, esta era su casa. Suelo dejar mis cosas para los demás y cuando no agradecen me molesta, pero callo. Agradezco, pido perdón, permiso y doy salud en la calle, si estoy de buen humor regalo sonrisas.

Pero no soy tan complicado como para huir
y quedarme aquí en silencio.
Pero no soy tan simple como para no advertir
que no hay tres minutos, ni hay cien palabras
que me puedan definir.
Me gusta el silencio y la gente me pregunta porque, es porque lo esencial no es  sólo invisible a los ojos, sino también a los oídos. Soy fan de Harry Potter. Soy anciosa y nada constante, una mala convinación. 

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