11.20.2012

Silenciosa (Parte II)

Lo peor del silencio es que además de hacerme bien me enferma. No debería guardarme todo esto. Pero lo hago, no porque quiera hacerlo sino porque soy silenciosa. 
Me enojé, en vez de gritar como lo haría cualquier adolescente con su padre, le agradecí y me fuí con mis gatas, me senté en el pasto, lloré y lo disfruté (eso es lo peor de todo, disfruté el silencio, las lágrimas, el "gracias" y mi orgullo, cómo disfruto el orgullo). 
Aunque estaba enojada amé ese momento: sentarme en el pasto, hacer nada, respirar lentamente, olvidarme de todos, pensar un poco en mí, olvidarme del tiempo, acariciar a mi gata, respirar olor a pasto, sentirlo en mi espalda.  
Después abrí los ojos y me conecté a esta porquería que me quita tanto, pero la amo (?). 
Ahora cierro los ojos, me acuerdo de todo y quiero gritar, acá estoy gritando. Hay muchas formas de gritar, y amo gritar en silencio. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario