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1.30.2012

No hablaban, porque ocurre a veces que la emoción es tan grande que las palabras parecen pequeñas. 
Es fácil sentirse esperanzado cuando uno cree estar cerca de alcanzar aquello que quiere. La verdadera esperanza aparece allí donde ya no hay casi posibilidad de poder lograrlo.
Había considerado racionalmente todas las alternativas posibles, pero no estaba siguiendo las señales, como ella siempre lo invitaba a hacer. Y ahora lo veía con claridad. Ahora entendia que la llegada de Salvador no era una simple casualidad; que una corriente de aire lo hubiera desviado hasta llevarlo hacia él, no era un accidente , sino una señal. 
Intentaron continuar con sus vidas, un velo de tristeza y de ausencia se había instalado sobre todos.
Para alguien que haya perdido un ser queridoyo sé que vas a estar mal por años, y lo que yo te puedo dar no es más que un abrazo, una sonrisa y un "está mejor". Sé que no soluciona nada. Sé lo difícil que es superarlo, y pensás "por qué?", nunca lo vamos a saber, tenemos que cargar con esa duda toda la vida y tal vez en algún momento va a ser respondida. Vas a recordar ese día todos los días, vas a despertar pensando en que ya no está, y vas a llorar todas las noches. Te digo no hay que negarlo ni superarlo, hay que aceptarlo y llevarlo con vos, es tu historia y es parte de vos. Te van a hacer acordar todo el tiempo, pero no es para que te pongas mal, es para que te sientas sostenido. Algunos dicen que llorar es una debilidad, yo prefiero decir que llorar es algo común que no soluciona nada pero descarga emociones. Te diría mucho más pero no sé cómo coordinarlo. No quiero que nada de tu magia se pierda, porque vamos a perder a muchas personas en la vida, lo mas importante es que no te pierdas vos.

1.02.2012

-Yo prefiero dejar que la vida me lleve. Mi chicao tiene que estar por ahí, esperándome -aseguró Rama.
-La vida no te lleva a ningún lado -replicó Tacho- Lo que te lleva es lo que vos querés. Vos seguí con la poesía, que te vas a quedar llorando la vida entera.
Ignoraban -y nunca llegarían a saberlo- que había sorteado numerosos contratiempos y había llegado allí tras una serie de casualidades.
Por eso lloraba, porque aunque seguía buscando ya no esperaba encontrar.
En fin, no es mi deber juzgar a la inconsciencia de un grupo de veinteañeros que se fueron en una ridícula camioneta toda pintarrajeada a viajar sin rumbo, con una guitarrita y con mi madre embarazada (de mí obvio). Porque yo, debo aclarar, hubo un tiempo en que fui humano. Nadie es perfecto como diría o dirá Torito, depende de que lado de la línea temporal nos paremos. Si bien nací en el 2011, fui concebido en el 2031. Me llamaron Bruno en honor de un gran amigo de mi padre y me apellidaron, como es de suponer, con el apellido de mi padre, aunque mi madre se resistió a la costumbre machista de apellidar sólo con la línea paterna; entonces en mi documento se puede leer: Bruno Bedolla Agüero Tallarico Rinaldi.