2.08.2013

15 de Mayo

Que mañana no sea otro nombre de hoy 

En el año 2011, miles de jóvenes, despojados de sus casas y sus empleos, ocuparon las plazas y las calles de varias ciudades de España. 
Y la indignación se difundió. La buena salud resultó más contagiosa que las pestes, y las voces de los indignados atravesaron las fronteras dibujadas por los mapas. Así resonaron en el mundo: 
 Nos dijeron “¡a la puta calle!”, y aquí estamos. 
 Apaga la tele y enciende la calle
 La llaman crisis, pero es estafa. 
 No falta dinero: sobran ladrones. 
 Los mercados gobiernan. Yo no los voté. 
 Ellos toman decisiones por nosotros, sin nosotros. 
 Se alquila esclavo económico. 
 Estoy buscando mis derechos. ¿Alguien los ha visto? 
 Si no nos dejan soñar, no los dejaremos dormir.

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